La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel muy común, crónica, que afecta a los adultos, a los niños y a los bebés. La piel de la cara y del cuerpo se pone muy seca e irritable. Lo habitual es que la dermatitis atópica presente dos fases, una activa (también llamada de brotes) y una inactiva (o “intervalo”). Es importante que los afectados protejan su piel durante las fases de inactividad de la enfermedad con el fin de retrasar la aparición del siguiente brote.
Signos Y Síntomas
¿Qué es la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica (o eccema atópico) es una enfermedad crónica no contagiosa en que la piel de la cara o del cuerpo presenta constantemente sequedad, comezón e irritación. En otras palabras: se trata de una enfermedad inflamatoria, cada vez más frecuente, sobre todo en el mundo occidental. Afecta al 10% de la población mundial (entre el 10 al 20% de los niños y del 2 al 5% de los adultos están afectados) y, durante los últimos 30 años, el número de casos ha aumentado en un 200 a un 300%.
En los niños pequeños y los bebés, la zona de la piel afectada con mayor frecuencia es la cara, aunque, a medida que van creciendo, la erupción se puede propagar al cuerpo. La dermatitis atópica en la cara afecta a todas las edades y suele aparecer como zonas secas y escamosas en el cuero cabelludo, en la frente, alrededor de los ojos y detrás de las orejas. Es muy común también que aparezcan síntomas en las mejillas, sobre todo en los bebés.
Los síntomas varían según las personas, las estaciones del año, e incluso día a día. Los afectados notan que hay dos fases diferentes en la piel atópica - inactiva ("fase de intervalo") y fase activa ("fase de brotes")..
Durante los brotes, los afectados sufren: comezón ligera a intensa, piel enrojecida o muy enrojecida, descamada, de aspecto desigual, hinchada, dolorida e incluso con ligero sangrado.
Durante la fase inactiva, los síntomas son sequedad ligera a muy intensa, ligera descamación, irritabilidad dérmica (un estado crónico - no una enfermedad - que también se conoce como xerosis) y la zona afectada puede presentar pequeñas grietas cicatrizadas.
Además de los problemas provocados por la irritación de la piel propiamente dicha, la dermatitis atópica puede provocar otros problemas físicos y psicológicos como falta de sueño, discriminación hacia la persona, estrés y una falta general de confianza en uno mismo, sobre todo en el caso de la dermatitis atópica en la cara. Como resultado, a menudo los afectados limitan sus actividades diarias realizan cambios en su vestimenta, en su comida, en el maquillaje que eligen y en las actividades en las que participan. Incluso pueden verse afectadas sus relaciones sentimentales si el afectado considera que su atractivo queda reducido por los síntomas.
Sufres de Dermatitis atópica si….
- Su piel está seca y enrojecida y, a diferencia de la piel seca y muy seca, no se puede curar sino sólo someter a tratamientos de prevención.
- Tiene una piel propensa a sufrir descamación, engrosamientos y grietas. La piel pica intensamente y tiene tendencia a enrojecerse e inflamarse. Esto no sólo se debe a una deficiencia de la hidratación, sino también a una alteración del metabolismo de ácidos grasos que puede dar lugar a una alteración de la función de barrera que tiene la piel.
- Su piel seca sufre una fase de brote.
Attention
Si tiene dudas sobre sus síntomas, consulte con el médico de familia o el dermatólogo.
Causas Y Desencadenantes
Posibles causas y factores desencadenantes de la dermatitis atópica
No existe una sola causa probada de la dermatitis atópica. Tristemente, tampoco tiene cura. Sin embargo, evitando los factores desencadenantes y con un cuidado diario proactivo, se pueden prolongar las fases sanas de piel atópica mientras que con un tratamiento intensivo se alivian rápidamente los síntomas de los brotes.
Diversas teorías genéticas y medioambientales tratan de explicar por qué algunas personas acaban sufriendo dermatitis atópica y otras no. Éstas son las siguientes:
- Causas genéticas. La dermatitis atópica es la forma más común de eccema y está relacionada estrechamente con el asma y con la fiebre del heno.
Si ambos padres sufren dermatitis atópica, sus hijos tienen de un 60% a un 80% de probabilidades de heredar la enfermedad de los padres.
- Clima/contaminación. Vivir en un país desarrollado, en una ciudad (especialmente las que tengan niveles elevados de contaminación) o en un clima frío parece aumentar el riesgo. Por ejemplo, los niños jamaiquinos residentes en Londres tienen el doble de probabilidades de sufrir dermatitis atópica que los que viven en Jamaica.
- Género. Las mujeres son ligeramente más propensas que los hombres a sufrir dermatitis atópica.
- La edad de la madre en el momento del parto. Cuanto mayor sea la madre al dar a luz a su hijo, mayor probabilidad existe que el hijo acabe sufriendo dermatitis atópica.
Existen cuatro factores de patogenicidad en la dermatitis atópica:
1. Deficiencia hereditaria de filagrina; deficiencia de los factores naturales de hidratación (FNH) como son los aminoácidos.
2. Alteración en el metabolismo epidérmico de los lípidos (ceramidas, colesterol y ácidos grasos libres) y alteración en la formación de lípidos de barrera.
Estos factores dan lugar a una piel seca que tiene alterada su función de barrera. Con ello se facilita la penetración de los agentes infecciosos:
3. Crecimiento bacteriano (Staphylococcus Aureus) y secreción de superantígenos.
4. Influencias del entorno, como agentes irritantes, alérgenos, contaminación.
La piel seca e irritada deriva en inflamación y comezón. La comezón constante puede traducirse en un rascado constante. Con ello se rompe la barrera de la piel, apareciendo un entorno húmedo, propicio para la infección de bacterias. A su vez, esto provoca irritación y el consiguiente dolor e inflamación. Y así va continuando el ciclo atópico (vea la ilustración).
Factores Complementarios
Otros factores contribuyentes
Hay otros factores que pueden agravar los síntomas ya existentes, aunque varían mucho de una persona a otra. Éstos son:
- Ciertos alimentos y bebidas (principalmente los productos lácteos, los frutos secos, el marisco y el alcohol)
- Alérgenos (ácaros domésticos, polen y polvo)
- Formaldehído
- Detergentes
- Estrés
- Falta de sueño
- Sudor
- Tabaquismo
Lea más sobre los factores que influyen en la piel.
Soluciones
Control de los síntomas de la dermatitis atópica
Aunque no hay una “cura” para la dermatitis atópica, los síntomas se pueden controlar mediante ciertos cuidados regulares y sistemáticos.
Emolientes
Los emolientes (también llamados hidratantes) son clave para estos cuidados de la piel y se deben utilizar todos los días, independientemente de la fase activa o inactiva , en la que se encuentre. Los emolientes son lociones, cremas faciales, ungüentos y aditivos para el baño o la ducha, que aportan lípidos a la piel y ayudan a mantenerla suave, húmeda y protegida frente a agentes irritantes. De esta manera se previenen las comezones y se puede reducir la frecuencia con que aparecen los brotes.
El papel de los emolientes es prevenir los brotes de la dermatitis atópica. Se conocen como de prevención del brote.
Los ingredientes clave de los emolientes pueden ser:
- Ácidos grasos omega 6 procedentes del aceite de onagra y aceite de semilla de uva. Estos factores suavizan y nutren la piel enferma a la vez que reponen la barrera protectora natural de la piel.
- Licochalcona A (un extracto de la raíz de la regaliz). Se trata de un antioxidante y antiinflamatorio natural que reduce el enrojecimiento y calma la inflamación.
Tratamientos dermatológicos
Los tratamientos médicos, como los preparados tópicos (que habitualmente contienen hidrocortisona) calman los síntomas que se presentan en los brotes y permiten reducir la inflamación y la comezón.
Los corticosteroides son muy efectivos y de acción rápida, y alivian los comezones en los casos de brotes agudos. Sin embargo, no es una opción sostenible a largo plazo ya que su uso prolongado puede dar lugar a efectos secundarios negativos. Además, no se puede aplicar sobre grandes superficies de la piel y pierden su eficacia si se utiliza de manera continua.
Cuidado diario personal para la dermatitis atópica en la cara
- Las temperaturas frías, fundamentalmente por la noche, son útiles ya que el sudor provoca irritación y comezones.
- Es mejor conservar en el refrigerador los productos del cuidado de la piel ya que la aplicación de cremas y lociones frías ofrece un mayor alivio a las comezones.
- Se puede usar maquillaje pero es mejor que sea pensados para pieles sensibles.
- Llevar un diario puede facilitar la tarea de determinar qué alimentos y bebidas empeoran los síntomas. Los destinos vacacionales en localidades con climas favorables, en zonas de alta montaña, pueden resultar de utilidad.
- Los ejercicios de relajación como el yoga y la meditación pueden reducir el estrés, uno de los factores que puede influir en la dermatitis atópica en la cara.
- Cuando se produzcan comezones, es mejor dar golpecitos sobre la piel que rascarla. Al dar golpecitos se calma la piel pero sin dañarla. Tras la ducha, séquese la piel dando golpecitos con la toalla hasta que esté casi seca y aplíquese inmediatamente una crema o loción.
- Mantenga las uñas de los niños cortas y bien limadas para evitar las infecciones que provoca rascarse.
- Evite las irritaciones mecánicas como las que provocan las esponjas duras.
Attention
Si no está seguro sobre el tratamiento a seguir, consulte con su médico o dermatólogo.